viernes, 12 de febrero de 2010

Brisa que rosa mi alma en la oscuridad
resucita el lodo atrapado de la verdad
ardiendo impotente por la crueldad,
siento fatiga al hablar

hablar de paz mientras gritan
apasigúando el sonido de los amores, trabajadores.

Callar es regalar nuestro pan
amasado sin respirar,
corrompidos por la fuerza de un aullido
con olor a plomo escondido

bandoleros de traje
espectros putrefactos,
calcinados por un sol calcado
construido por los descalzos

La bola amarilla es del condenado
siempre que tenga afán de ser amado,
librado de sus cadenas
solo le queda luchar contra ellas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario