martes, 24 de noviembre de 2009

Jugo de Mandarina

El eterno brillo de tus ojos
resalta las cadenas del viento
que emanan de las puertas
abiertas en mi corazón,

Fijandome en el polen contagioso
de tu centro natural,
veo como tus pétalos
se muestran resplandecientes,
creyendome que eres flor.

Transporta tu alma al sol
después de llover
en la sequía de un desierto,
allí crecerán las raíces
vitales sobre la arena estancada.

Estás en las brisas suaves
que me acarician en primavera
traspasando las fronteras
unidas con tus cielos.

Ya lo creo en silencio
tus rayos de sol
guian esta ilusión.

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