martes, 17 de noviembre de 2009

Apocalipsis

El presente desfavorece
hunde al luchador
convirtiéndolo en esclavo
del trabajo forzado.

Ni su patria le convoca
solo existe en el registro,
los fantasmas del olvido
son humanos desaparecidos,
explotados, condenados,
la resignación no existe,
se transparentarían, nadie lo sentiría,
su herramienta es prestada
por los diablos eximidos
que son ciegos corrompidos.
Desgraciado infeliz, ¿quien te mira?
invisible cometierra, es tu mundo
propiedad, mundo libre de dolor
de hambruna, desechado,
intoxicado, en los cielos hay tinieblas
son desechos del imperio
las sobras de un rápido aniquilamiento.
En la cárcel vomito
por las aguas inundantes
de la vivienda ahogada, que paga,
la tarifa del ladrón
y lo lleva a su confortante séquito.

No me tapo los oídos orejudos,
miro, preparo mi mente
para el desastre,
la destrucción,
el horror,
el hambre,
que forzaron con el miedo
y caerán con el caos,
de los fusiles del pueblo.

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